-Marimar son dos mares!!! Mar y
Mar!!! –dijo Liebana corriendo delante de Laguia,
-Te vas a cagar, en cuanto te
pille te mandaré de cabeza al retrete! Jorgue, Mahou, Pablo, a por él! - os
preguntareis por qué Laguía dándonos ordenes, Laguía era una especie de jefe,
el mandaba y nosotros pegabamos, era como una especie de cabecilla a la ora de
defendernos, se le daba bien. Siguiendo con la historia entonces apareció el
Teniente…
Si, y ahora os preguntareis,
¿quien es?, se llamaba… Aguilera, Pedro Aguilera, y estaba serio, muuuuuy
serio, con el ceño fruncido, pero como todos los demás, un poco arto de las
paridas.
-¡Coño Liebana tu siempre dando
por culo! ¡Cabo Laguía!, -Dijo Pedro, - ¡Asegurate de que a Liebana le quepe
bien la cabeza en el retrete!, ¡Y ASEGURATE DE QUE EN EL RETRETE HAYA MIERDA! –
Y siguió su camino hacia la puerta de la patrulla alphiño, mientras Laguía
hacía su trabajo. Cuando acabaron, fueron ellos también hacia dicha cabaña,
pero se encontraron en el suelo a el Capitán.
-Coño, ¡ESPASA!, ¡CREO QUE EL
CAPITÁN NO ESTABA AL CORRIENTE DE TU HILO!-Gritó Laguía
-EH EH al corriente de la
corriente eh eh, - Entonces salió Carlos cabreado dándole una patada a la
puerta, le cojio de la oreja y le encerro de nuevo en el retrete hasta la
noche.
Al día siguiente, les
encomendaron destrozar un colegio de parbulos, Espasa estubo todo el día
anterior preparando la bomba con algunas granadas de racimo que le sobraron de
un par de cajas y no sabía que hacer con ellas, mientras Jorge y Pablo se
echaban otra pelea de madres mientras se picaban con Alberto en la xbox.
La pregunta clave, ¿Un colegio de
párbulos?, si, pero estaba abandonado, y recibieron una llamada de haber visto
a un mafioso, Barney Stimson, acusado de usar dicho colegio como casa de
prostitutas.
6:30 de la mañana, delante del
colegio de parbulos. Pablo corre y corre, esta vez, Espasa puso un detonador
para que no haya problemas.
-Eh! -Grita Jorge,- ¡un gordo
corriendo!
-Hijo de puta no estoy gordo! –Gritó
Pablo a la vez que le daba un puñetazo en la cara.
-No coño, mira, ¡pero si es
Torrente! - Entonces exploto la bomba, no se supo nada más de Torrente
-Pablo, payaso, ¿dónde coño está
tu puto fusil?- Dijo Carlos…
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